Resumen:
El hombre puede querer penetrar el alma de los otros hombres con el objeto de adquirir un saber interesado que posibilite, en el comercio con las gentes, su dominio y utilización en beneficio personal; pero el hombre puede también querer comprender al hombre, movido por un afán teórico y moral que lo incite a indagar la contextura de sus resortes íntimos, tratando de hallar bajo la heterogeneidad de los individuos, ciertas proposiciones de validez universal. Sólo en este segundo caso ese conocimiento del hombre se constituye en Antropología filosófica, cuyo interés se dirige primordialmente a la determinación de la esencia y estructura fundamentales del ser humano.