La búsqueda continua de fuentes naturales ricas en bioactivos, junto al creciente aprovechamiento de los descartes agroindustriales, plantea la necesidad de desarrollar y optimizar tecnologías que permitan la protección y conservación de las sustancias químicas para su potencial uso en formulaciones nutraceúticas, farmacéuticas y/o alimenticias. En nuestro país, la cáscara de nuez pecán es un desecho rico en polifenoles y otras sustancias con demostradas propiedades antioxidantes, antimicrobianas y citotóxicas. Otra de las fuentes de bioactivos es el repollo colorado, vegetal cultivado ampliamente en la región centro de nuestro país, que posee características de adaptabilidad al medio ambiente, rendimiento y además contiene importantes compuestos con efectos benéficos para la salud como antocianinas, fenoles, glucosinolatos y vitaminas. Por otro lado, la inulina es otro de los ingredientes que se está utilizando ampliamente en el mundo y en nuestro país, para la elaboración de alimentos funcionales, encontrándose en el alcaucil, raíces de achicoria, cardos cultivados y domésticos, hongos, hierbas como la bardana, entre otras. Esta fibra tiene numerosos efectos benéficos para la salud, como la regulación de la dislipidemia y la reducción del riesgo de aterosclerosis, entre otros. Luego de la extracción de los diferentes extractos, es necesario coencapsularlos para preservar ciertas sustancias químicas naturales, incluidos carotenoides, polifenoles, fitoesteroles y probióticos, y así intentar conservar y/o potenciar la bioactividad de los compuestos que de otra manera se degradarían rápidamente. Por todo lo expuesto, el desarrollo tecnológico de métodos extractivos de bioactivos a partir de distintas matrices naturales (descartes agroindustriales y hierbas) junto a su co-encapsulación, permitirá la obtención de productos bioaccesibles y estables, potenciando las propiedades bioactivas y promoviendo la integración de economías regionales y más sustentables.
Continuous searching for natural sources rich in bioactive, together with the growing use of agroindustrial waste, raises the need to develop and optimize technologies that allow the protection and conservation of chemical substances for their potential use in nutraceutical, pharmaceutical and/or food formulations. In our country, the pecan nutshell is a waste rich in polyphenols and other substances with proven antioxidant, antimicrobial and cytotoxic properties. Another source of bioactives is red cabbage, a vegetable widely cultivated in the central region of our country, which has characteristics of adaptability to the environment, yield and also contains important compounds with beneficial health effects such as anthocyanins, phenols, glucosinolates and vitamins. On the other hand, inulin is another ingredient that is being widely used in the world and our country, for the production of functional foods, found in artichoke, chicory roots, cultivated and domestic thistles, mushrooms, and herbs such as burdock, among others. This fiber has numerous beneficial effects on health, such as regulating dyslipidemia and reducing the risk of atherosclerosis, among others. After the extraction of the different extracts, it is necessary to coencapsulate them to preserve certain natural chemicals, including carotenoids, polyphenols, phytosterols and probiotics, and thus try to preserve and/or enhance the bioactivity of the compounds that would otherwise degrade rapidly. Due to all the above, the technological development of bioactive extractive methods from different natural matrices (agroindustrial waste and herbs) together with their coencapsulation, will allow the obtaining of bioaccessible and stable products, enhancing the bioactive properties and promote the integration of regional and more sustainable economies.